Maneras de conservar una Pata de Jamón en nuestra casa

Si tienes una pata de Jamón y quieres que no se estropee mientras que lo terminas, ¡sigue estos consejos!

Si la tienes recién comprada o regalada y sin empezar aún

Si tienes la pata entera recién llegada a tu casa y necesitas conservarla cerrada debes saber que tanto un jamón como una paletilla pueden aguantar al menos dos meses desde que lo adquiriste en su mejor momento de curación. Sin empezar son muy sencillos de conservar. Tan sólo tienes que dejarlos en su envase original y almacenarlos en un lugar alejado del sol y que sea fresco, entre diez y quince grados, es la temperatura similar a donde vivían antes de tu casa, por eso hay que buscar en tu casa o cocina ese rincón que lo aleje del sol y de mantenga lo más próximo a esas temperaturas.

Si ya hemos empezado la pata

Teniendo una paleta o un jamón abiertos, lo más recomendable es ponerlos en su jamonero y a temperatura ambiente (entre los veinte y los veinte tres grados).

Aunque carecen de una fecha exacta de caducidad, es cierto que se van poniendo cada vez más secos. Así que lo recomendable una vez abierto es que no nos dure más de un mes, si lo que queremos es conservar todo su olor y sabor y no lograr que se reseque.

Otra buena recomendación es cortar solamente la porción que vamos a consumir en cada instante.

Puede que a veces crezca algo de moho en la superficie de la pata, pero no te preocupes, porque es algo natural. Cuando quieras cortar más jamón, sólo tienes que retirar la parte mohosa y seguir disfrutando de nuestro jamón ibérico Brisa.

Es fundamental que cuando abras tu pata, guardemos algunas lonchas de la grasa de los primeros cortes, ya que con ellas puestas encima del último corte mantendremos hidratada y con todos sus sabores y matices la pata de jamón o paletilla.

La pata no requiere frío, así que no hace falta meterlo en cámaras refrigeradoras, tan solo nos basta con envolverlo en papel parafinado o papel transparente de cocina, y así conseguimos que no se reseque con el aire y a parte lo deberíamos cubrir con un paño de algodón, y así lo cubriríamos con la mayor oscuridad posible.

Cortarla y envasarla al vacío

Esta opción es muy buena si crees que vas a tardar mucho en comerte la pata, ya que así conservamos todo su olor y sabor. En este caso si sería conveniente guardar en un lugar fresco, para que aguante más y mejor. Y así podrás degustar tu pata de jamón cuando quieras y con todo su sabor.

Lo que no deberíamos hacer con nuestra pata de Jamón Ibérico

No debemos hidratar la pata con aceite de oliva u otras grasas, ya que aunque mucha gente lo recomienda, alteramos severamente su sabor.

Recuerda que también puedes comerte tu pata haciendo tacos de jamón, y conservándolos en frío.

El jamón ibérico es una delicia de nuestra península a la que muy poca gente se puede resistir, además es rica en hierro, zinc, fósforo, calcio, magnesio, vitamina B1, B2, B3 y B6 y otras vitaminas del grupo D. Además de estas virtudes nutricionales, se trata de un producto indispensable para paladares gourmet. Buena prueba de ello es que cada vez más chefs japoneses introducen el jamón ibérico en su cocina. Nos sacan de muchos apuros culinarios y de quedadas y podemos conservarlo de varias formas pero no de cualquier manera.

Expertos en el corte del jamón nos proporcionan unos consejos muy buenos para consumirlo de forma óptima y nos indican cómo conservarlo si sobra o no te da tiempo a acabarlo.

Temperatura perfecta

Y que no le de la luz directa. Lo ideal es una bodega, pero puede valer un cuarto trastero, o una terraza de patio interior. También conviene clavar una escarpia en la pared, y tener el jamón colgado de la cuerda.

El jamón debe mantenerse bajo las mismas condiciones que en la bodega de curado. Es decir, en un lugar fresco y seco. Es importante evitar cambios de temperatura, lejos del calor y la humedad, ya que pueden alterar las características organolépticas del producto, como el sabor, la textura y el olor.

Mejor a oscuras

Aleje halógenos y focos que puedan incidir de forma directa sobre el producto. Al jamón, como a muchos otros productos alimenticios, no le viene bien la luz.